Información sobre la Asociación de Berrendo de Madrid

Si resulta apasionante la tarea de ser ganadero, la de criar, además, una raza en peligro de extinción es ya un sueño hecho realidad, además de considerarlo un acto social.

Desde el origen de los tiempos la evolución de los bóvidos se debió a causas naturales que los modelaron, hasta que la mano del hombre influyó en su devenir y especialmente en dirigir los aspectos comerciales. Esta intervención supuso, en gran medida, echar en el saco del olvido muchas razas autóctonas y ponerlas al borde de la desaparición y con ello desdeñar un gran potencial genético. Por ello, ser capaz de aferrarse a la conservación de razas autóctonas con rendimientos inferiores merece una mención especial, ya que ha sido gracias a ganaderos románticos o concienciados de su importancia, el que hoy podamos estar hablando de razas en peligro de extinción y no de aquellas razas actualmente extinguidas que un día existieron en España.

Las razas Berrenda en Negro y Berrenda en Colorado han tenido en su contra los bajos rendimientos cárnicos frente a razas especializadas, pero por otra parte, le ha permitido llegar hasta nuestros días su gran rusticidad, que le ha proporcionado una gran “valencia ecológica” y con ello ser capaz de adaptarse y sacar rendimiento a ecosistemas muy variados y gracia a ello ser capaz de diseminarse, además de las aptitudes de éstas razas para la doma y la conducción de ganado.

Por todas esas razones los ganaderos se unieron en diferentes asociaciones de carácter autonómico y posteriormente en ANABE, la agrupación donde se integran todas ellas y que va a ser el organismo que afronte los retos que anteriormente he citado. Retos que hoy, como presidente, puedo reconocer como difíciles, al tiempo que apasionantes, especialmente con la implicación ilimitada de todos los asociados.